Isla de Miljet

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Croacia, Isla de Miljet 
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La isla de Miljet, de origen volcánico y compuesta principalmente por piedra caliza, está ubicada al sureste de la costa Dálmata, distante unos pocos Km al sur de Dubrovnik. Si bien su anchura no supera los 3.5 Km y su longitud es de apenas 37 Km, se dice de ella que es la más bonita y verde del Adriático. Declarada Parque Nacional en los años sesenta, el 70% de su superficie es boscosa y en su mayoría está poblada por exuberantes encinares, que son uno de los motivos por los que se le otorgara este status.

Otra característica importante de la isla de Miljet es la particular dispersión de su costa: es el mismo mar, el que penetrando en el territorio de la isla, da lugar a la formación de dos lagos interiores, el Lago Grande y el Lago Pequeño, que si bien están sujetos al ritmo de las mareas, son de aguas de un azul cristalino pero poco profundas. Estos lagos, unidos por un canal, generan a su vez la formación interior de una superficie no muy extensa que es como una pequeña isla dentro de la isla, contribuyendo de este modo a la originalidad del territorio. Aunque localizados dentro del área del parque, está permitido el baño y ésto en un marco de naturaleza impresionante, rodeado de pequeñas montañas y zonas verdes. Es un sitio donde aún se puede disfrutar de un gran silencio y tranquilidad con playas que son un destino buscado por los amantes del nudismo.

Toda la costa es también un lugar apto para el submarinismo, contando entre sus atractivos el hecho de que en sus aguas se encuentran los restos del naufragio de un barco romano del S III, además de un torpedero alemán de la Segunda Guerra Mundial. Cuenta solamente con un hotel y si bien es posible llegar hasta ella en ferries, que tienen una aceptable frecuencia durante el día, el transporte interno de la isla no ofrece demasiadas alternativas. No obstante esto, todo el territorio cuenta con senderos que es posible transitar en bicicleta y cuyo recorrido permite observar unas vistas naturales de belleza excepcional. También merece una visita el Monasterio de Santa María de Unije. El viaje en ferry hasta ella, no decepcionará; tanto a la hora del amanecer como de regreso, al ponerse el sol, la travesía por mar no nos dejará indiferentes.

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